Todo se
iba oscureciendo a mi alrededor. Estaba acorralada por una sombra que empezaba
a derribar mi mundo completo. En ese momento mi mayor preocupación era cómo
enfrentar a mi familia y amigos con esta noticia, si la peor sospecha, la de un
tumor maligno, se confirmaba. Temía que no pudieran lidiar con el duro golpe.
Temía destruirlos, a ellos que eran lo más importante en mi vida. Me sentía
culpable por ponerlos frente a tal situación límite.
Primero
que nada se lo conté a mi amiga Georgina. Luego a mis padres y hermano. De a
poco se fue expandiendo la novedad en todo mi entorno de afectos. Fue así como
comenzó a gestarse a mi alrededor un círculo gigante de amor y energía. Fue
algo espontáneo y mágico. Una red de contención que me sostuvo y me dio fuerzas
para enfrentar los peores demonios.
Hoy sé que ese círculo de amor fue fundamental para mi sanación.
>> Capítulo 03: La incertidumbre
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